
Desde siempre hay un debate sobre la financiación pública, su necesidad o no. Este debate no sólo se trata de la financiación pública para proyectos de innovación, sino que es un debate más allá, sobre modelos de Estado, más o menos liberales. No entraré en esa cuestión, sino que quiero hacer un análisis más pragmático de la situación.
Está demostrado que los países más desarrollados son aquellos que más invierten en I+D+i, que corroboran el impacto transcendental en los países las inversiones en tecnología e innovación. Seguramente el pionero demostrando estas hipótesis fue el Premio Nobel Robert Solow (revolucionando los modelos clásicos de crecimiento económico).
De acuerdo con la Estrategia de Lisboa del 2000, se pretendía que los países invirtieran el 3% del PIB en I+D+i en el 2010. En España lamentablemente no llegamos ni a la mitad, mientras que países competidores como Alemania está en el 2,89%, Suecia 3,37%, EEUU casi el 3% o el 3,47% en Japon. 9%, Suecia 3,37%, EEUU casi el 3% o 3,47% de Jatras que pasubvencionan entre el 70-100% de los proyectos.onados con inpón. Con esta cuestión, ¿cómo queremos que sea la España del futuro? Si queremos ser un país competitivo, con empresas de futuro, sin duda hay que seguir la estela de esos países, que a día de hoy se están escapando. La financiación pública tiene un papel fundamental en esto, y es el de traccionar financiación privada e incentivar este tipo de economía, con empresas basadas en innovación, que permita que sean globales y competitivas. A día de hoy, la financiación pública aun no es suficiente, pero la privada deja mucho que desear, ya que en España el porcentaje de contribución público en I+D+i es de un 41% frente al menos del 30% de países más desarrollados.
Dicho esto, el papel de la financiación pública para que España sea un país competitivo es clave, pero es tan importante la inversión a cómo se canalizan estos fondos. En España suspendemos rotundamente en eso. Hay demasiados programas, convocatorias, organismos públicos gestionando convocatorias muchas veces iguales. No hay un plan de trabajo, las empresas no saben cuando abren y cierran las convocatorias, como ocurre por ejemplo con la Comisión Europea. Las empresas no tienen visibilidad muchas veces a los procesos de evaluación de sus proyectos. En definitiva nos encontramos en un mundo opaco, nada transparente, y extraordinariamente ineficiente. Un sistema complejo para la empresa que debe enfocarse en competir en el mercado, y la financiación pública debe ayudarle en ese proceso para transformar esa ilusión en inversión privada y puestos de trabajo. Hay un largo camino por simplificar todo este sistema, que debe ser prioridad de los gobiernos, pero que no profundizan en el problema o desconocen.
A pesar de eso, desde que cree Fundera.eu intento dar mayor visibilidad en el sistema, y en esta guía explicamos algunos de los instrumentos de financiación que tienen más interés para empresas en diferentes de sus fases de crecimiento, esperando que sea de utilidad para el lector.
Esperando también que construyamos con el tiempo un sistema mucho más sencillo, eficiente y centrado en los innovadores, motor fundamental de la nueva economía llamados a ser embajadores de nuestro país en el futuro.
Diego Soro, CEO de Soros Gabinete para ElReferente.